viernes, 24 de abril de 2009

Capitulo 8

En el campamento los guerreros dormían. Tenían que recuperar fuerzas para el día que se avecinaba. Los vigías oteaban en la noche, aguardando a un enemigo que no iría. Los ojos miraban alertas. De golpe una gran oscuridad nubló el cielo. Luego, un rugido conocido les puso en alerta. Lo que temían que ocurriera, ahora comenzaba. La invasión de Dragones Dorados daba inicio.

Las centellas que anunciaban a las bestias legendarias comenzaron a verse. Los cuerpos incandescentes atravesaron el cielo. Los hielos y las nieves de ese desierto blanco se iluminaban con el fulgor. Dándole al paisaje habitual, un raro efecto. Era como si el lugar se volviera fuego.

A los pocos minutos, les vieron pasar en forma majestuosa. Las moles doradas cruzaron el cielo generando ráfagas con sus alas. A esos guerreros el corazón se les encogió. Se sentían tan pequeños en comparación Las leyendas tejidas alrededor de esas bestias eran muchas. Nadie sabía de donde provenían, ni que les movía a llegar ahí. Pero, cada cierto tiempo esas bestias arribaban.

Muchos guerreros y cazadores se reunían para esa época. Todos esperaban con ansias el momento. Había rumores que contaban de que esos monstruos tenían tesoros en sus entrañas. Esta avaricia movía a muchos a intentar matar a esas bestias. Pero, no todo es tan fácil… esas moles no eran enemigos fáciles de vencer.

Algunos guerreros se levantaron alarmados. Esos rugidos parecían como explosiones, tal vez pensaron que les atacaban. No era así, solo eran esas bestias rugiendo. Al ver esas figuras doradas, muchos se vistieron. Si, la ambición podía más y ellos no eran excepción. Si no podían tomar el castillo, al menos tendrían una ganancia.

Ulrik miraba desde la tienda como esas bestias se movían. El joven estaba sin palabras, eran criaturas impresionantes. Unas manos delicadas le abrazaron un momento. Unos labios le besaron el cuello. Los ojos azules como el hielo le miraron y la elfo preguntó:

- ¿Quieres ir a por ellos?

- No creo que pueda, no soy guerrero- Dijo Ulrik sonrojándose.

- ¿Quién lo dice?- Preguntó Necrófaga.

- Yo y todos aquí lo piensan también- Respondió el escudero.

- No seas tonto. Nadie nació siendo guerrero. Todos tuvimos que aprender y padecer- Le retó la elfo.

- No lo creo, son tan geniales luchando. Yo les miro y me parecen inalcanzables- Le confesó el joven.

- Bien, espera que me vista. Hoy iras a pelear, serás guerrero por un rato- Dijo la efo dándole la espalda.

- Pe… pero, no se si podré- Repuso el muchacho, indeciso.

- Tranquilo, estaré contigo. No tienes que temer- Le dijo ella mientras se ponía una camisola.

- Bien, voy a tomar esta capa. No quiero que me reconozcan- Dijo el muchacho un poco más resuelto.

- Me parece bien, Ulrik- Dijo la mujer con la falda ya ceñida.

El chico se envolvió en la capa. Estaba recuperado, esas auras de curación eran poco menos que milagrosas. La elfo ciñó con rapidez su armadura. Embrazó su arco y ató el carcaj a su espalda. Necrófaga sonrió satisfecha, sería un buen ejercicio para ese novato.

Ulrik le devolvió la sonrisa y empuñó su daga. La mujer al ver ese arma rió con ganas. Su risa melodiosa se propagó por todo el lugar. El muchacho le cayó tapándole la boca. La lengua de ella lamió su mano. A lo que el chico le soltó instantáneamente. Ella le sonrió, pero esta vez con malicia. Luego, haciéndole una seña. Ambos salieron de la tienda, hacia la aventura.

Avanzaron rápido entre las tiendas, se escabulleron por la empalizada. Era complicado pasar el foso, pero no imposible. Unos minutos mas tarde, y por fin posaron sus pies en la meseta. La nieve endurecida y la ventisca fueron las primeras en saludarles. Desde ahí, levantaron la vista. Las moles parecían estar cerca, animados comenzaron a correr hacia ellas.

Nada más lejos de la realidad, solo parecía. Por el tamaño daban esa impresión, pero estaban bastante lejos. Aminoraron la marcha y encararon hacia un grupo de árboles. En el camino se encontraron con otros guerreros. Estos también tenían intenciones de cazar a los Dragones.

Siguieron avanzando, estaban ansiosos de poder enfrentar a esas bestias. Los otros cazadores les recibieron contentos. Al menos serian más a la hora de luchar. Eso les daba confianza. Mientras corrían por ese bosque helado, uno de los cazadores les habló:

- ¿También vienen a por el rey dragón?

- ¿El rey dragón?- Preguntó Ulrik

- Si, el mas grande y viejo de todos ellos- Le respondió el líder de la partida.

Un rugido muchísimo mas fuerte que todos los anteriores resonó en Davias. El Rey Dragón estaba allí. Pero no estaba solo, junto a él… muchos más le acompañaban en su peregrinaje. Los cazadores sonrieron por dentro. Ese rugido era el que estaban esperando. Si vencían a ese Dragón, podrían hacerse con el gran botín.

- SOMOS PREDADORES. ATAQUEN O MUERAN- Gritó un guerrero mientras aceleraba el paso.

- ESOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO- Dijeron los que le siguieron.

- ¿Ves Ulrik? Esa es la actitud de un guerrero. Le dijo Necrófaga.

- Entiendo, entonces sigámosles- Dijo el chico.

- A POR ELLOS- Gritó la elfo.

Ellos también aceleraron el paso, saliendo del bosque. Ya en campo abierto, pudieron ver algo que les dejó helados. Allí había al menos diez dragones dorados. Las bestias eran colosales. Los ojos ambarinos se posaron en los puntos que venían hacia ellos. Las bocas se abrieron. Los cazadores recibieron la señal del líder. Era momento de dividirse, no podían darle oportunidad de acabarles.

Las flamas salieron hacia ellos, los acosadores. De pronto, el lugar se volvió un infierno de llamas. El calor abrasante derretía las nieves de ese lugar. El grupo continuaba avanzando hacia sus blancos. Varios elfos tensaron sus arcos y dejaron salir sus saetas como rayos mortales. Sin embargo, estas solo rasguñaron la dura piel del enemigo.

Varios Maestros de Almas y Gladiadores atacaron con magia. Lograron herir a sus oponentes, esto solo sirvió para enfurecerles más. Esas criaturas comenzaron a avanzar hacia ellos. De nuevo las bocas se abrieron y las centellas salieron. Los cazadores evitaron el ataque lo mejor que pudieron. Pero, las colas si llegaron a alcanzarles. Muchos fueron lanzados lejos por el golpe.

Los afectados quedaron tirados en la nieve. Al levantarse, sus corazones casi se paran en seco: los dragones estaban bien cerca de ellos. No podían explicarse como lo habían hecho… pero ahí estaban. Las fauces atacaron, buscándoles. Los más sanos lograron escabullirse. Otros no tuvieron esa suerte, las mandíbulas poderosas les oprimieron. Los gritos desgarradores surcaron el viento. La sangre carmesí se regó sobre la tierra de Davias.

Pero, el sacrificio de algunos se volvía la ventaja de otros. Muchos se habían encaramado sobre las fieras. Gladiadores y Caballeros atacaban con todo el poder de sus armas. Ulrik corría seguido de cerca por Necrófaga. Estaban sobre la espalda de una de esas bestias. El muchacho había oído sobre como aminorar la fuerza de esas cosas. Al hallar la cruz formada por los hombros y la columna.

La daga se hundió de golpe en el Dragón. Ayudado con las auras de ataque de la elfo. Pudo hacer la incisión con rapidez. Pudieron saltar a tierra antes que esa sangre caliente les manchara. La bestia gimió de dolor y largó sus llamas. Las auras de defensa cubrieron rápido al muchacho. Que asombrado veía como la elfo tomaba una saeta y disparaba una flecha de hielo.

El hielo paralizó por unos momentos a la bestia más cercana. Dándoles la oportunidad perfecta. Varios se movieron en pos de la fiera. Sin embargo, los otros dragones seguían dando batalla. Uno de estos levantó su cabeza al cielo y luego de rugir. Multitud de rayos comenzaron a caer.

Los cazadores maldijeron a ese dragón. Ese tipo de ataque no se lo esperaban, les arruinó la oportunidad. Necrófaga estaba junto al muchacho cubriéndole con sus auras. De otro modo, el chico habría perecido. Apenas y tenía un nivel aceptable de combate, o sea… podría llegar a ser Caballero. No era poca cosa, pero ante el reto de esa cacería quedaba minimizado.

La elfo pensaba a mil, estaban en aprietos. Las bestias eran muy poderosas, sin embargo… habían conseguido debilitar a dos. Eso era algo rescatable. Sacudió la cabeza, eso solo piensan los que mueren. Tomó dos flechas y tensó el arco. Tenía que hacer algo al respecto. Cerró un ojo para fijar mejor su blanco. Tenía que ser exacta, un solo centímetro y fallaría. Dejó las dos saetas ir, junto a sus esperanzas. Si lograba detenerles lo suficiente, alguno podría matar una bestia. El hielo cubrió la cabeza del dragón más cercano.

Este cayó al suelo y un grupo se abalanzo sobre el monstruo indefenso. Un cuerno sonó en la meseta. Los cazadores rieron aliviados, eran los otros seis grupos que venían en su auxilio. La noticia se había corrido muy rápido y varios guerreros se habían unido a último momento. Los dragones atacaron de nuevo con sus llamas. Pero era tarde, uno de ellos ya había perecido.

El mayor gritó alzando su cabeza al cielo. Entonces lo que vieron si les heló la sangre… esa bestia no atacaba. Sin embargo, podían sentir que algo no iba bien. En efecto, en pocos segundos pudieron ver como se formaba esa esfera dorada. Los más veteranos alcanzaron a gritar:

- CORRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN.

- ¿Qué ocurre?- Preguntaron todos.

- NO HAY TIEMPO, CORRAN- Gritaron los veteranos.

- ¿Hacia donde?- Preguntaban los demás.

- A LAS GRIETAS… YAAAAA- Esa fue la última orden.

Un puñado logró llegar hasta el lugar. La cabeza del Rey Dragón bajó y entonces la explosión real se desató. Fue como si un río de fuego y magma saliera de su boca. Ulrik cerró los ojos ante el ataque, ese era el fin. Sin embargo, ella… siempre ella. Su amante le protegía con sus auras. El muchacho le abrazo y giró para quedar él cuidándole. Su armadura gruesa tenía más chances de soportar.

Varios minutos después, el ataque cesó. Tierra, piedras y nieve habían desaparecido con ese poder. Sin embargo, allí parado protegiendo a su amante. Ulrik sonreía débilmente, logró su cometido… Necrófaga estaba a salvo. La elfo sentada en el suelo miraba con los ojos llenos de lágrimas al muchacho. El escudero cayó, quedando arrodillado ante ella. Quiso hablarle, pero ella le tapó los labios con su mano. Y se levantó, mientras tensaba las cuerdas de su arco. No le importaba lo que le sucediera a su cuerpo de ahora en más. Si tenía que morir, que fuera al lado de su amor.

Los demás cazadores salieron de sus escondites. Al ver la escena menearon la cabeza, esos dos se convertirían en sacrificio. Una de las elfos que estaban con ellos se paró y también tensó las cuerdas de su arco. Debía ayudarles a huir de allí, pero poco podría hacer. Otras dos se levantaron y emularon a la primera.

Los dragones comenzaron a acercarse. La chica no temblaba, solo seguía concentrando la energía en ese único disparo. Pero, todo se trocó en solo un instante. Un mago apareció vistiendo una armadura del Lado Oscuro. Su escudo de mana envolvió a la pareja. Luego, desaparecieron del lugar. Las elfos volvieron a depositar las flechas en sus carcaj. Habían sido salvados, eso quería decir que alguien más aguardaba por ellos. De seguro, esos dos pertenecían a los bandos que luchaban en el Castillo.

Las bestias al no ver a nadie más, comenzaron a batir sus alas. Ya podían continuar su peregrinaje por las tierras del mundo. Mientras se elevaban, varias esferas de fuego se formaron alrededor. Los cazadores vieron con impotencia como sus presas se iban. El mas veterano sonrió por lo bajo. Si hubieran seguido luchando, perecían todos. Algunos se molestaron, no habían podido obtener los tesoros. El líder de la partida se sonrió, en su morral tenia guardada la caja que sacó de las entrañas del dragón vencido. Cuando la abriera. Podría obtener el tesoro que había allí encerrado.

Los hombres se levantaron y comenzaron a volver a sus hogares. Ya nada obtendrían, algunos miraron hacia el castillo. Debían de estar luchando esos hombres. Cuatro clanes que deseaban torcer sus destinos. Deseaban algo tan impracticable como tomar la fortaleza. En varios eones, muchos lo habían intentado, pero nadie lo logró. ¿Estos serian los primeros? Como saberlo…

1 comentario:

  1. me he leído todos los capítulos de un tirón!!
    me has picado con el juego y todo, jajaja, si es tan emocionante como lo que he leído...quizás le de una oportunidad.
    sólo dos cosas:
    -repasa antes de publicar, hay cosillas por ahí (pequeñas) que de haber repasado no saldrían
    -y la segunda es sobre los dibujos, son geniales pero apenas sí se aprecian, deberías darles color, prueba con photoshop.
    y sí,has aprendido mucho "musculando" se te nota en los últimos trabajos que te leí

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